Como anunciáramos en nuestra edición anterior, ya se firmó el convenio entre la Fundación Sanar y la Asociación de Hoteles de Zona sur del Pdo. La Costa, para la capacitación a profesionales sobre Talasoterapia, que comenzará en abril del año próximo debiendo inscribirse en el mes de setiembre del corriente año. La exposición acerca de cual es el nuevo paradigma sobre el cuidado de nuestra salud en este siglo XXI, estuvo a cargo del Dr. Hugo Crisponi, que iremos publicando semanalmente, para interiorizarnos sobre como funciona nuestro cuerpo y cuales son los efectos del uso del agua de mar, en función de una salud integral.
INTRODUCCIÓN:
Dr. Crisponi: En primer lugar quiero aclara que soy Urólogo formado en España, en Barcelona, en una Institución mundialmente reconocida y durante 20 años he ejercido la medicina alopática, convencional, del sistema, operando, haciendo estudios, aplicando técnicas como la quimioterapia, la radioterapia en el caso de tumores y poco a poco me fui decantando y aprendiendo cosas de medicina natural.
Ya conocía el agua de mar, pero hace 5 años entré en el nuevo paradigma, Uds. me dirán ¿qué es un paradigma? Muchos lo sabrán, es cómo ve la realidad la sociedad y como pone herramientas para vivir y adaptarse a esa realidad social, cultural, es decir, el presente de cada época.
De a poco me di cuenta que yo estaba en un viejo paradigma y que se están abriendo posibilidades a una nueva realidad, porque se caen todos los sistemas de salud, se van viendo grietas y fracasan, sistemas de salud, económicos, políticos y me preguntaba por qué pasa esto. Es porque lo que yo estaba viendo desde mi profesión, no estaba acorde con lo que vivía. Mis padres me educaron bien o mal, hicieron lo mejor que pudieron, esa educación que tuve me sirvió para hacer muchas cosas pero tenía que adaptarme a otras realidades. A esta realidad actual, que hoy todos sufrimos, decimos que pasa en Argentina, pero yo que viajo a España, allá pasa los miso e igual en Estados Unidos y en otros países.
Entonces desde hace 4 o 5 años entré en este nuevo paradigma a través de lo que es el cuidado de la salud y la medicina holística ¿para qué sirve la medicina holística? Para tratar la salud pero de forma integral. Yo trataba la salud con el síntoma, con medicamentos y demás, pero estaba tapando señales, nada más, y no había resultados y eso que venía de una muy buena formación, en un lugar de primer orden. Allí entré en el concepto de salud integral, que como Uds. ven, es controlar la parte física de la persona, la parte mental, emocional, espiritual, económica y social, es decir, todo el entorno de la persona, eso hace que el ser humano esté bien; en el sentido de lo que siente, piensa y después hace esté coordinado. Ese sería el equilibrio que tendría que tener la persona.
Nos habían enseñado que el cuerpo, la mente y la emoción estaban separados e incluso en la facultad nos enseñaron que las células de la piel eran unas, las de los músculos eran otras, el corazón, los órganos estaba todo separado. Cuando estudiaba urología me dedicaba al riñón, la vejiga, la próstata, la parte de incontinencia de orina. Hoy en día se ve que por ejemplo hay traumatólogo especialista de rodilla, pero hay otro de rótula, es decir, súper especialización, ese era el antiguo paradigma. Entonces nace la psicoinmunoendocrinología, donde empieza a unirse lo que son las emociones, el sistema endócrino de las glándulas, el sistema nervioso, el sistema inmune, se empiezan a relacionar, que no es más que la relación del cuerpo con la mente. Incluso hoy a neurocientíficos le preguntan, ¿hay enfermedades mentales? Y dicen no, y yo creo, muchos estarán de acuerdo, que todo es mental.
Hay un comunicador espiritual de España, Emilio Carrillo, que a lo mejor alguno de Uds. lo ha escuchado, dice que el cuerpo es nuestro coche y la mente el conductor. Por lo tanto tenemos un cuerpo que nos permite experimentar todas las sensaciones de la vida, pero nosotros nos ocupamos nada más que del coche, vivimos para el coche. ¿Y qué pasa? La mente la descontrolamos, como dicen por ahí, la felicidad no consiste con lo que pasa a tu alrededor, sino lo que pasa dentro de ti. Esas son las emociones, tenemos ira, miedo, alegría, tristeza, ¿son malas o buenas? No, son todas necesarias, porque son las que nos hacen vivir. Pero si las emociones las magnificamos, un miedo nos lleva al pánico, una tristeza a una depresión, hasta una alegría nos lleva a una histeria.
Entonces, seguí aprendiendo y estudiando y vi que nuestra mente, esto que nos controla, tiene 3 sitios, por así decirlo, un cerebro o un sistema, unos programas, que tenemos atrás en el tallo cerebral a nivel anatomía, que se llama sistema reptiliano, porque son programas que nos hacen reaccionar e intervenir ante cualquier situación de peligro, es como dicen, nuestro piloto automático. Esto lo tenemos grabado los seres humanos y animales desde 3.500 millones de años, toda la evolución ha hecho que mantengamos estos programas de supervivencia, se fueron adaptando desde los animales o seres acuáticos, luego terrestres, a través de programas que ya tenían de supervivencia.
Cuando los seres evolucionaron se crearon las emociones o el sistema límbico. Ya no son sistemas de supervivencia sino que se agrega algún matiz y nosotros como seres evolucionados, que no somos el último eslabón de la cadena evolutiva, tenemos la corteza cerebral que nos permite pensar, proyectarnos a futuro, evaluar el pasado. Nosotros, como dicen vulgarmente, los primates, los monos por ejemplo, tienen sistema reptiliano y límbico, ellos pueden sentir, pensar o actuar sin inhibiciones, porque ante un problema que pueden huir, pelear o inmovilizarse, lo hacen. Nosotros al tener razonamiento, ante un evento, podemos huir, pelear o inmovilizarnos pero lo podemos pensar antes de hacerlo.
Llegamos hacia el agua de mar, ante un estrés se movilizan una serie de manifestaciones dentro de nuestro organismo por ese sistema reptiliano de lucha, huída o inmovilización, y es necesario el estrés, porque nos va a permitir reaccionar ante un evento. El problema es que nosotros a ese estrés lo hacemos perdurar en el tiempo e incluso aprendí también que nuestro cerebro funciona con unas ondas cerebrales de distintas frecuencias para distintos estados de actividad. Las ondas betas, que es lo que estamos haciendo ahora, me están escuchando, nos relacionamos, es lo que nos mantiene activos, ahora si bajamos un poco a las ondas alfa, nos permite estar tranquilos, relajados, mirando un libro, pensando que vamos a hacer, las ondas zeta, como habrán escuchado hay gente que medita, es una relación muy profunda, y están casi hipnotizados y las ondas delta es cuando ya nos dormimos profundamente.