Paula joven Dra. Dermatóloga de 34 años cursó seis años en la Facultad de Medicina en la UBA y luego se especializó en dermatología. Ella sostiene: “Lo importante es consultar con tiempo al médico -derma-tólogo/ga y ver las distintas alternativas de tratamientos que existen, hoy en día no es necesario recurrir al quirófano para que una mujer se vea mejor estéticamente”.
La dermatología médica y estética
La dermatología es la especialización de la medicina que trata las patologías de la piel, es decir, las enfermedades de la piel. Se pueden enumerar muchas enfermedades que existen y que estudiamos y tratamos los dermatólogos, por ejemplo, alergias, distintos tipos de cánceres de piel, melanomas, distintas urticarias, son muchísimas, mi base es la dermatología clínica – nos comenta la Dra. Bordello .
También está la dermatología estética, que no trata las enfermedades de la piel, sino como embellecerla y atenuar el paso del tiempo, en lo personal me gustan las dos, no me abocaría solamente a lo estético sin abordar lo clínico.
Cabe aclarar que cuando uno ve personas con la cara muy estirada, sin expresión o hinchada, es porque le han colocado otra cuestión que no tiene nada que ver ni con el hialurónico que queda muy natural, ni con la toxina botulínica (botox) bien colocada. Son dos cosas distintas, la toxina botulínica o botox se usa en el tercio superior de la cara, para corregir las arruguitas de expresión, patas de gallo, entrecejo, arruguitas de la frente. Bien colocado queda muy natural. Hoy en día ya se sabe que se puede empezar a colocar a partir de los 28 o 30 años como para prevenir las futuras arrugas. El hialurónico es otro tratamiento, es un relleno.
En el cuerpo tenemos ácido hialurónico, que se va perdiendo según pasan los años y el cuerpo va generando arrugas y es necesario ir incorporándolo, no sólo como crema, porque hay varias que tienen ácido hialurónico, sino también inyectado, aplicado correctamente queda muy natural y la gente no tiene por qué darse cuenta que uno lo tienen puesto, ni botox, ni hialurónico, y estos tratamientos es para verse mejor, más linda, más iluminada, atenuando el paso del tiempo.
Siempre puesto en dosis justas, en los lugares donde tiene que ir y bien colocado, los resultados son formidables. La belleza tiene que ver con una armonía y en esa armonía el dermatólogo o el cirujano tiene que saber lograrla.
Es conveniente hacer una consulta con el dermatólogo a partir de los 30 años para no llegar a cuando la arruga es más profunda cuando ya no se puede llegar a revertir. Además no es conveniente hacer todo junto, siempre les digo a mis pacientes, mujeres entre 50, 55 o 60 años que nunca se hizo tratamiento y quieren hacer todo junto, le aclaro: no se puede. Apurarse en estas situaciones, la verdad es muy contraproducente.
Hoy en día el paciente no quiere ir al quirófano como se estilaba años atrás, porque seguramente queda una cara totalmente estirada, sin expresión. Ahora hay tantas alternativas, aparatología, el botox, el ácido hialurónico, los hilos tensores, que pueden llegar a ayudar muchísimo, sin quedar con cara de quirófano.
En Santa Teresita trabajo en dos lugares: en LALCEC hago más tratamientos clínicos y en mi consultorio privado las dos cosas, pero un poquito más lo estético. En San Isidro (Bs. As.) trabajo con mi jefe de residencia del Hospital local, donde realizamos dermatología clínica, con biopsias, analizamos la piel de los pacientes con dermatoscopía, es un aparto que visualiza todas las lesiones que puede llegar a presentar el paciente y en el Barrio de Las Cañitas, hago solamente dermatología estética.