San Clemente: El Playa Hotel una historia familiar que continúa con la 3ra. generación

Es uno de los primeros hoteles que se construyeron a principios de la década de los años ´50.   José Antonio Melones llegó a estas playas  enviado por Hidrografía Naval, para realizar la traza del camino entre  la Escuela Ceferino Namuncurá y el faro San Antonio. Finalizado el trabajo Don José no se fue, se quedó a vivir, se casó tuvo dos hijos y así no relataron María Marta Gianatiempo y Mario Melones, cómo, cuándo y dónde nace el Playa Hotel.

Mario: “Mi papá llega a San Clemente en los años ´50, él trabajaba en el Servicio de Hidrografía Naval en Buenos Aires, tenía nociones de topografía y cartografía. En ese momento   la zona donde estaba el radar y el faro San Antonio, que era zona militar, al arribar  a esta ciudad, fue con un grupo de personas  para hacer la traza del camino que va desde la rotonda de acceso a Mundo Marino hacia el faro,  que en esa época no existía.  Termina el trabajo y  José Santiago Melones,  se queda en San Clemente. Él era soltero, se pone de novio con mi mamá, hija de pioneros Cristina Roa y lo nombran encargado del faro.

Estuvo 20 años como personal civil, encargado del faro. Se conformó un grupo importante de amigos y en ese momento la familia Orechia, de Dolores, habían construido el hotel y restaurante “La Vieja Hostería”, hoy es la confitería Congo Bongo, no sé por qué motivo estuvieron poco tiempo y papá se lo alquila, año ´58 o ´59.

Después  compra estos terrenos de calle 1 y 18, comienza a construir el  hotel Playa mientras trabajaba en La Vieja Hostería. Lo fue haciendo  por  etapas, primero la planta baja, luego un primer piso y después el segundo.

En un momento mi papá con unos socios alquilan un restaurante muy importante que se llamó Cabañas, donde trabajamos mi hermano mayor  Gustavo con 17 y yo con 14 años, así  comenzamos a trabajar con la gastronomía. En el año ´82 u ´83 alquilamos el restaurante que está en calle 1 y Avda. II°, al lado del hotel. Luego compramos el restaurante, se amplía, trabajamos varios años y después hicimos sobre la estructura del restaurante  dos pisos más con habita-ciones y se abrió el hotel, hoy tiene 63 en total con una capacidad aproximada de ciones y se abrió el hotel, hoy tiene 63 en total con una capacidad aproximada de 200 pasajeros.

En las  primeras épocas no había Bancos, ni capacidad de financiación, se trabajaba con las famosas escribanías de Dolores. Mi papá era muy amigo de don Carlos Bavera, que en su momento venía acá y hacía lo que era un Banco, financiaba a largo tiempo. El turismo era distinto, eran otros momentos, cuando yo era chico la temporada empezaba  con la Fiesta de la Corvina  (octubre) y culminaba  en  Semana Santa.

La mayoría de los hoteles de ese momento, los históricos, eran con pensión completa, porque no había cafeterías o restaurantes,  y nosotros brindábamos ese servicio. Luego el turismo fue mutando y hoy se puede contratar con media pensión, pensión completa o solamente para dormir.

Una noche, el restaurante explotaba y le dije a María Marta: “si tenés que cobrar, hacelo”, teníamos un sistema donde íbamos anotando en las adiciones lo que consumían, con sus precios, menos las bebidas porque si repetían lo poníamos al final. La primera cuenta que ella hace, cierra, suma y cobra, cuando miro, veo que no le había anotado las bebidas, ese fue su debut, una anécdota.

Mi familia está compuesta por mi esposa María Martha Gianatiempo, mis dos hijos, Nicolás que está estudiando en La Plata una carrera de informática, mi hija Clarisa que es licenciada en nutrición y trabaja en el hospital de Santa Teresita y en forma particular. Mi hermano tiene tres hijos, Florencia y Santiago están trabajando en el hotel y Julieta, hizo la carrera de Cheff y trabaja en La Plata.

En el año  ´83  pasamos de tener un pequeño salón a un restaurante para casi 200 personas, era otro  momento, otro país, otra economía y otras temporadas.

Con el tiempo, las cosas fueron cambiando, con mucho sacrificio, el trabajo de gastronomía es muy sacrificado y en un momento decidimos cerrar el restaurante.   Ahora solamente brindamos hospedaje con desayuno autoservicio tipo americano, con grupos estudiantiles, de la tercera edad, de Uruguay y ahí sí le damos la comida, con menú fijo porque son servicios que contratamos directamente.

San Clemente tiene  una plaza hotelera muy interesante y de muy buena calidad, hay nuevas estructuras, reformas y  muchos hoteles de sindicatos. Existe una Asociación Hotelera, con nueva Comisión Directiva, gente con ganas de trabajar.

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