Las aves marinas fueron rescatadas en distintas localidades del Partido de la Costa, Pinamar y Valeria del Mar con cuadros de desnutrición, deshidratación e hipotermia. En algunos casos presentaron lesiones por golpes presumiblemente de origen antrópico.
San Clemente del Tuyú, 20 de septiembre – Un grupo de 14 pingüinos magallánicos (Spheniscus magellanicus) retornaron al mar en las playas de San Clemente durante la mañana del pasado viernes 17 de septiembre, luego de atravesar un proceso de rehabilitación en la Fundación Mundo Marino. Las aves migratorias fueron rescatadas entre finales de febrero y mediados de agosto del corriente año. Algunos rescates contaron con la colaboración de la Prefectura Naval Argentina, la Fundación Ecológica Pinamar, Personal de Seguridad en Playas de Pinamar y de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Ambiente del Partido de la Costa.
“Es anormal que salgan a la playa fuera de su periodo reproductivo. Ellos están preparados fisiológicamente y anatómicamente para vivir en el agua y sólo salir para reproducirse en sus colonias. Distinto es el caso de los pinnípedos que sí es normal que salgan a la playa a descansar, pero no es el caso de los pingüinos. Además, es importante tener en cuenta que estos animales absorben el agua a través del alimento que ingieren, por lo que frente a la escasez del mismo, sobreviene un cuadro de deshidratación y de debilitamiento de su sistema inmunológico. Esto los vuelve más vulnerables a cualquier tipo de patología y los hace salir famélicos a las costas con cuadros de hipotermia, dado que no pueden regular correctamente su temperatura corporal”, explica Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Al momento de su ingreso al centro de rescate, las aves marinas primero fueron estabilizadas a través de una fluidoterapia con agua y un complejo vitamínico para revertir el cuadro de deshidratación. Una vez que los animales fueron estabilizados, luego de un par de días, se les tomó muestras de sangre y material fecal, y, según fue evolucionando la actitud de cada animal, se los desparasitó. Para ir recuperando su peso normal, progresivamente, se les ofreció pescado licuado y finalmente pescado entero. El alta médico veterinaria necesaria para formar parte de un grupo de individuos a ser reinsertados se otorga luego de una segunda muestra de sangre que, en el caso de estos 14 pingüinos, mostró parámetros normales.
“Puntualmente en 5 de estos pingüinos que se reinsertaron observamos que presentaban lesiones que no parecían ser de tipo interespecífico, es decir, resultado de interacciones entre individuos de la misma especie, sino por una causa antrópica, como pueden ser las interacciones con redes de pesca. Dos de ellos, presentaron heridas en sus picos, otros dos lesiones oculares y otro, lesiones en zona dorsal, aleta y zona cefálica. Recibiendo el tratamiento adecuado, todos se recuperaron bien y estaban en condición plena de ser reinsertados”, sostuvo Rodríguez Heredia.
Para su identificación, a cada uno de los pingüinos se les colocó un microchip subcutáneo en la zona dorsal. “Estos microchips ofrecen, a través de un lector, un número que permite identificar tanto al centro de rescate donde estuvieron como el tipo de tratamiento que se les suministró. También nos permite, mientras permanezcan en el centro de rescate, diferenciarlos para brindarles a cada uno el tratamiento que necesiten”, explicó Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino.
La reinserción de este grupo de pingüinos magallánicos se dió en el marco de un censo de residuos costeros y limpieza de playa realizada por la Fundación Mundo Marino. La Fundación en conjunto con otras organizaciones de la sociedad civil lidera la iniciativa colaborativa del Censo Provincial de Basura Costera Marina. Los datos recolectados en esta ocasión serán posteriormente unificados con información proveniente de más de 20 localidades costeras y permiten conocer qué tipo de residuos son encontrados en nuestras costas y en qué cantidad. Además de sensibilizar a la sociedad sobre la problemática ambiental que afecta directamente nuestro entorno marino, el resultado del Censo Provincial permite arrojar datos concretos para gestionar acciones y resoluciones locales que permitan reducir la basura marina que amenaza a nuestros ecosistemas.
Sobre los pingüinos magallánicos
Esta especie, que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentra en estado de “preocupación menor”, se distribuye a lo largo de todo el litoral Sudamericano, tanto en nuestra Patagonia argentina, como en el sur de Chile. En nuestro país se distribuyen desde Península Valdés, en Chubut, hasta la Isla Martillo, Isla de los Estados e Islas Malvinas, en Tierra del Fuego.
Su ciclo de reproducción se lleva a cabo entre septiembre y marzo. Luego de esa etapa mudan su plumaje e inician su viaje migratorio entre fines de marzo y principios de abril, el cual puede llegar hasta la latitud de Río de Janeiro. Durante ese viaje anual de alrededor de 6 meses pueden recorrer un total de 5000 kilómetros. En cuanto a su alimentación su dieta se compone de peces como anchoitas, sardinas y merluzas; moluscos, como calamares, y crustáceos, como el langostino. El viaje migratorio se relaciona con el movimiento estacional que realiza la anchoita, una de sus principales presas, que durante nuestro invierno, luego de haber migrado desde nuestra Patagonia, desovan en las costas de Brasil.