EL FEMINISMO por Antonieta Chiniellato

Los Orígenes del Feminismo Histórico (1789-1870)

En el Antiguo Régimen la desigualdad jurídica de los miembros de la sociedad era la norma. Nobles y clérigos gozaban de privilegios (exención fiscal, monopolio de los altos cargos públicos, leyes y tribunales especiales) vedados a la gran mayoría de la población (el tercer estado o estado llano). La ausencia de derechos políticos (voto) y libertades (expresión, reunión, religión) era otra característica clave del Antiguo Régimen.
En el caso de las mujeres, la mitad de la población, a todo lo anterior se le debía unir su función social circunscrita a lo doméstico, a las labores de la casa, de la procreación y del cuidado de los hijos; y su subordinación legal al hombre, padre o esposo.

Hola Laurita!!! ¿Mirá lo que te trajo mami? ¿Te gusta? Es la última muñeca que  está en todos los negocios….

Hola Josefina!!! ¿Mirá lo que te compre hoy? ¿Te gusta la  cocina y cacerolas para jugar  con tus amiguitas  a la casita?

A  las mujeres que  pasamos los 50 años, nuestras mamás, tías  o abuelas, nos regalaban estos juguetes   cuando cumplíamos años.

Nunca un trencito… ¡Eso era de varones! Mucho menos una pelota de fútbol!! La dicotomía era total, había juguetes para niñas y juguetes para  varones, porque la educación indicaba que nosotras debíamos aprender desde pequeñas para saber  lo que debíamos ser de grandes: buenas madres y amas de casa, y los varones  los mejores proveedores y rudos  en  cuanto al deporte, especialmente  en el fútbol.

Durante estos últimos años, los políticos usaron mucho la palabra “Grieta”  para diferenciar un partido del otro,  y  mi pregunta es: ¿La grieta social que nos impusieron desde pequeños/ñas con que las mujeres debíamos  estar preparadas para ciertas tareas y los hombres para otras  no es una grita  más grave?

Desde el período Neolítico medio,  el hombre reemplazo a la mujer como agente  de la producción agrícola, el campo le sucedió a la parcela, y el arado del hombre a la azada de la mujer. A la pequeña banda del Neolítico antiguo, le sucedieron grandes burgos y luego la aparición de las ciudades, y de una clase que se hizo alimentar por otra, el  desarrollo de la propiedad privada y de la acumulación. La división del trabajo permitió la aparición en las ciudades de una clase de artesanos, de sacerdotes y de militares al servicio de los mas ricos. La acumulación de bienes  por algunos, desembocó en la formación de una sociedad estática, fundada sobre la esclavitud, las clases sociales y la degradación de la condición de las mujeres, sostiene el antropólogo francés: Andrée Michel  en su libro “El Feminismo”

A la exogamia que era necesaria  para la supervivencia  de los cazadores del período paleolítico para garantizarse mediante alianzas, a los territorios de caza, le sucede  el régimen de la endogamia, en que todas las hijas de la casa son guardadas como reproductoras por los jefes de familia para los primos de la casa. Tal es el principio del encierro de las mujeres. La alianza mediante al matrimonio de las mujeres “Exportadas” a otros clanes, es reemplazada  por el recurso de la guerra. Había que apropiarse, por la fuerza, de las tierras del vecino para agrandar  las propias tierras y encontrar una fuente de supervivencia cuando los suelos se agotaban. El más fuerte triunfaba . Así nació el concepto instrumental de las mujeres, reducidas a los papeles de progenitoras y de sirvientas o sea productoras del grupo familiar, sostiene Michel.

Estamos  hablando de  6 mil años A. C.  o sea que si le sumamos los 2020  que llevamos festejando año nuevo de la era cristina,  son en total mas de 8000 años,  durante los cuales la mujer estuvo al servicio del hombre, el hombre manejó el Poder económico y  la mujer  subordinada a su antojo, sin contar con el aporte de las religiones con sus conceptos de tener que ser vírgenes para llegar al matrimonio y de tener todos los hijos “que el hombre le hacía”, ella no podía  pensar en abortar si no los deseaba, inclusive hasta nuestros días lo podemos comprobar con  el movimiento feminista argentino  que, continua luchando para que se vote la Ley de Aborto Legal y seguro.

A mediados del siglo XIX, el feminismo, palabra para definir a las mujeres que están en esta lucha, entró  en la lengua francesa a partir de 1837 en el Diccionario Robert que lo define como: “una doctrina que preconiza la extensión de los derechos, del papel de la mujer en la sociedad”

A partir del concepto que  no se puede separar el pensamiento de la acción,  la doctrina  ha ido acompañada de acciones múltiples en aumento de los derechos y el papel de las mujeres en la sociedad.

Las feministas denunciaron en su momento al “sexismo”  como la “Actitud de discriminación entre el sexo  femenino – masculino, y, sostienen que es la consecuencia de la “falocracia” ( palabra que proviene de falo) y que en definida en el sigo XX se definió como “Sustantivo femenino  o sea  dominación de los hombres sobre las mujeres”

Según el mito, en la Roma de los primeros tiempos había muy pocas mujeres, entonces el Rey Rómulo, invitó a la  población a unas pruebas deportivas, entre ellas a la población de  Sabinia, quienes eran especialmente voluntariosos y fueron a Roma con sus mujeres e hijos y precedidos por su rey.

Comenzó el espectáculo de los juegos y, a una señal, cada romano raptó a una mujer y luego echaron a los hombres.

Un historiador declaró en una emisión televisiva en el siglo pasado que: “las sabinas quedaron contentas de ser raptadas que ya no quisieron volver  a sus casas. Una leyenda un tanto similar a la que consiste en decir hoy en día que las mujeres encuentran placer al ser violadas.”

Aunque parezca mentira, el mundo del poder patriarcal actual continúa fabricando juguetes para niñas y   para niños,  imponiendo una educación  sexista o podemos decir que culturalmente naturaliza  esta división, de ahí  el esfuerzo y la lucha que han tenido que llevar adelante las transexuales, los gay, los homosexuales o como Ud. prefiera llamar a aquellas personas que de pequeños/ñas  no querían jugar con lo que  la cultura  de sus padres les imponían,  siendo por lo tanto   castigados.

Hoy existe la Ley de Igualdad de género, sin embargo, la lucha continúa, porque las mujeres  no tienen los mismos derechos que los hombres, ni culturales, ni laborales,  políticos o sexuales  y mientras esto no sé modifique,  no habrá Justicia Social y los hombres continuarán sin aceptar que cuando una mujer dice: “NO, es NO”.

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