El cambio climático es un proceso natural que se debe desarrollar con el paso del tiempo. Desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido la principal causa por la cual este proceso se ha acelerado a una velocidad alarmante.
Según el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés) se estima que, a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero -tales como el dióxido de carbono o el metano-, se reduzcan de manera inmediata y a gran escala, existe la probabilidad de sobrepasar el nivel de calentamiento global de 1,5.º C en las próximas décadas. Sin embargo, limitar el calentamiento de 1,5.º C o incluso a 2.º C, será un objetivo inalcanzable.
Las concentraciones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) se encuentran en su nivel más elevado en 2 millones de años. Dichos gases provienen de la actividad antrópica (aquellas realizadas por el ser humano) y son responsables de un calentamiento de aproximadamente 1,1 °C desde 1850. Sumado a esto, se registró la temperatura más cálida a nivel global entre el 2011 y el 2020.
Asimismo, el aumento del nivel del mar se ha triplicado en comparación con 1900-1970, y se registra un retroceso global de los glaciares desde la década de 1990. Se prevén sequías intensas, escasez de agua, incendios, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas y disminución de la biodiversidad.
Durante demasiado tiempo, hemos estado explotando y destruyendo los ecosistemas de nuestro planeta. Cada tres segundos, el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a una cancha de fútbol, lo que se traduce a más de 4,7 millones de hectáreas de bosques por año. Hemos destruido la mitad de nuestros humedales y el 50% de los arrecifes de coral ya se han perdido y para 2050, podrían desaparecer hasta el 90%.
Gran parte de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de los que ya se están produciendo, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. Sin embargo, una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático.
Esa es la misión que debemos afrontar, con políticas y medidas sostenidas en el tiempo, que como ciudadanos y ciudadanos adoptemos para contribuir a una lucha que une a todo el mundo.